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Reto Orellana-Guadalupe, 2.0  6-dic-2021:

No podíamos dejar de dedicar unas palabras a esta grandiosa aventura y escribir unas letras, que con los años tengan algo de valor y sirvan para recordar.

Será la edad, pero esto de "hacer pública" cada cosita que pasa en tu vida, lo he dejado de lado de un tiempo a esta parte. Lo considero, además de un ejercicio muy claro de narcisismo, una pérdida de tiempo, tanto para tí, como para el resto. Sin embargo, me veo en la obligación de contar esta historia, para que cada uno pueda sacar su moraleja... si te estás aburriendo con tanta "paja", puedes dejar de leer ya, porque no contaré cosas morbosas y muy épicas, tan sólo me ceñiré a lo que ha pasado.

Ir corriendo desde el pueblo, hasta Guadalupe.... Un proyecto que andaba por nuestras cabezas desde hacía años, y que por unos motivos u otros, nunca nos arremangamos, ni pusimos fecha para afrontarlo. Este año, con algo de dudas, pero siempre muy ilusionados y con ganas, comenzamos a dar forma a este reto, una actividad física que iba mucho más allá  de una simple competición, que necesitaba de una preparación de meses, de muchos sacrificios, apoyo... dependía de muchas cosas más, que la simple voluntad.

Así, poco a poco avanzaron los meses, todo fue por el buen camino, revisamos cada metro del recorrido, preparamos un plan de necesidades, y poco a poco se acercaba la fecha. El contratiempo más importante que encontramos en la recta final, fue encontrar alguna persona, que nos acompañara, que fuera nuestro salvador y nos mimara, durante la odisea que tendríamos por delante. Y entonces, aparecieron Julio y Javi, que nos lo pusieron tan fácil, que todas las dudas que pudieran haber en cuanto a la preparación física o psiquica, se disipaban. Ellos estaban seguros que lo conseguiríamos, y querían acompañarnos para ser testigos de ello. Renunciaban a un día con sus familias, una jornada de descanso laboral, para estar pendientes de nuestros caprichos, mimarnos como solo lo hace un buen amigo, en definitiva... hacer posible que un sueño que unos locos tenían, se pudiera hacer realidad.

Despertador a las 6:15h, desayuno algo más completo de lo habitual, cuerpo con ganas de correr. Cansado por llevar tres días nervioso, durmiendo apenas, contando cada hora, pero con una ilusión, no hablo de la propia, si no la suma de ilusiones de 6 o más bien 8 tipejos, que afrontaban un día inolvidable en sus vidas. Digo ocho, corrimos seis, pero nuestros escuderos, desprendían en cada mirada y cada gesto, el mismo nerviosismo, y el mismo entusiasmo. Tampoco quiero olvidar a nuestra amiga "Natalie", que aún seguirá recuperándose de la afonía causada por tantas indicaciones.
Montamos los chismes en el coche de asistencia, todo es positivismo y alegría. Comenzamos con la aventura. Primeros kilómetros comentando que tal habíamos dormido, repasando el material, como teníamos pensado comer y beber... pasando desapercibidos, el frío, la niebla, las primeras cuestas que nos hacían pasar por "el puerto". Pasaban los primeros 8 kilómetros, y atravesábamos nuestra pequeña Sierra de Orellana y Pela, que era el primer testigo de nuestra andanza.  

Casi sin darnos cuenta, llegamos a la "Fuente" peleña, donde nos echamos una foto rápida, recargamos algo de agua, y seguimos la marcha atravesando la localidad vecina, que ya huele a San Antón.  Minutos más tarde, nos encontramos a un "runner", que había cumplido ya sus deberes y se cruzó con el grupo de peregrinos... nos acompaña, 25 metros y pregunta: "¿Cúantos kilómetros vais a hacer?", para unirse, pero la respuesta tan rotunda de uno de nosotros, le hizo parar en seco, y tomar otra dirección alejandose como si hubiera visto al mismísimo demonio. Primera anécdota, y risas para seguir recordando las horas que nos quedaban por delante.

Llega el primer avituallamiento, y allí nos esperaban nuestros escuderos. Kilómetro 15, con parada de poco más de 2/3 minutos, en la que unos optan por beber isotónico, tomar el primer gel, fruta, cambiar de zapatillas, lo que fuera necesario para ir más cómodos en un tramo que nos llevaba hasta el km 26, algo menos bonito, aunque con un camino en muy buen estado y acompañados en todo momento por las grullas, reinas de esta llanura. El ritmo se acelera, en el grupo algunos se ven con fuerzas y han preparado muy bien la prueba, otros somos algo más conservadores y sufrimos pequeñas molestias que no queremos den al traste con todo. Así, pasa la Media Maratón, sin darnos cuenta, y llegamos al siguiente avituallamiento, donde teníamos "escondido" algo de líquido y en el que no estaba previsto el coche de asistencia, pero Sancho y Quijote estaban esperando con una sonrisa, nos animaban a no hacer la parada muy larga e intercambiamos chascarrillos. A todo esto, habían pasado casi 3 horas, e íbamos más rápido de lo previsto.

Hasta el momento, el personal estaba muy animado, sin dudas de sus fuerzas ni síntomas de flaqueza. Ansiosos de que el terreno comenzase a cambiar, y empezar a disfrutar de frondosas dehesas de encinas y alcornoques, pero aún tocaban atravesar algunos olivares, eso sí, con el perfil algo más exigente con leve desnivel positivo. Charco por aquí, barro por allá, todo está verde, mira esa cabra, cuidado con ese mastín, sin darnos cuenta estábamos montando una fiesta por pasar el 30, cada vez estábamos más cerca del ecuador y de la parada larga, para llenar el depósito hasta arriba.
Mención especial merece este avituallamiento, que tras unos problemas logísiticos, conseguimos hacer en el km 34, y un poco más tarde de lo esperado... pero lo bueno, se hace esperar. El caldito calentito, fue el gran triunfador, pero no faltó la torilla de patatas, el embutido, líquido, muuuucho líquido y de postre nuestro inseparable plátano, además de frutos secos y algún higo que nos dejo catar el yogurín del grupo.

Así, con esta parada tan larga, a pesar de habernos cambiado casi todos de ropa, nos quedamos algo fríos y costó arrancar. El que más y el que menos, sentía molestias, y el terreno se ponía cuestra arriba. Era la zona más exigente del recorrido hasta el momento, los kilómetros que iban del 34 al 39, dejando "La Ropera" a la izquieda, y disfrutando de la naturaleza en estado puro, por un camino de helechos y zarzas, con mucha humedad por la ombría del terreno y debido a los arroyos que rodean la zona. Todo un espectáculo para los sentidos, que nos llevarían sin darnos cuenta hasta la distancia del "Maratón", kilómetro 42, tras casi cinco horas corriendo, distancia nueva para todos, menos para el más experimentado del grupo, para el que no parecían pasar los kilómetros y se movía con soltura aún.


Tras pasar la barrera de las 5 horas, llegaríamos hasta un nuevo y rápido avituallamiento, en el que reponíamos líquido, volvíamos a tirar de radiosalil y reflex, para las articulaciones que se entumecían. Parecía que por fin se dejaba ver algo el sol, y durante el camino paralelo al último tramo de la gran recta que llega hasta las "Bodegas Ruiz Torres", podíamos observar embelesados dejando a nuestra izquierda, gran parte del sistema montañoso del Geoparque Villuercas Ibores Jara. Con las fuerzas justas, conseguimos llegar hasta el cruce de Cañamero  donde nos esperaban, además de nuestros inseparables escuderos, gran número de familiares que nos animaban y mimaban en todo lo que necesitábamos. Esto, sin lugar a dudas fue un buen chute de adrenalina, que junto con algún refresco con cafeína, nos insufló las fuerzas necesarias, para afrontar el último tramo de 15 kilómetros, hasta la localidad de Guadalupe, que ya veíamos de lejos y que tanto se hacía rogar.



Estos kilómetros, a pesar de la distancia ya recorrida, fueron los más bonitos en lo que al paisaje se refiere, por la bien preparada "Vía Verde", un camino ancho y corrible. Cada uno tenía sus dolores, pero intentabamos no hablar de cosas negativas, si no de positivas... estar entretenidos con los sonidos de la naturaleza, y la visita de algunas ciervas que se cruzaron delante de nuestras narices, dándonos la bienvenida a su territorio. Los kilómetros pasaban lentos, a pesar de lo favorable del terreno, pero los pasos eran cada vez más cortos, intentado no castigar más aún los maltrechos músculos. Lo que si mantuvimos, y esta sin duda fue la clave para poder superar estas carencias físicas, fue el buen humor, muchíiiiisimas risaaaaas... a día de hoy, creo que la zona en la que más agujetas sigo teniendo, es la abdominal, y creo que es por esto.
Cruzamos un precioso arroyo, que aprovechamos para refrescarnos pasado el kilómetro 56, una zona de descanso con un precioso puente, la "Ribera del Silvadillo", para iniciar una de las últimas subidas, entre pinos, jarales, madroños, robles y algunos de repoblación, tras los estragos causados por un incendio que sufrió la zona hace casi 15 años. Culmina la ascención, una preciosa dehesa de encinas, para enfilar a partir del kilómetro 61, la bajada de unos 3 kilómetros hasta la rotonda de Alía, este tramo se hace muy duro para algunos y les comento las ganas que tengo de darles un enorme abrazo una vez estemos en la plaza, pero mientras tanto... que corra el aire, lo último que podemos perder es el buen humor.


De nuevo, nos esperan allí para darnos el últio empujón la familia y nuestros asistentes, que ya daban por cumplido nuestro anhelo. Nos acicalamos rápidamente, bebemos algo de líquido, y por los últimos dos empinados kilómetros por camino hasta la vía principal del la localidad, "Natalie" nos guía en este último apretón, y todos ya podemos saborear la hazaña. La tarde cae, puede ser que haga frío, pero a este punto de la "película", los sentimientos físicos están en un segundo plano. Disfrutamos con la entrada en una plaza abarrotada de turistas, que no son conocedores de nuestra gesta, y llegamos a la plaza, donde pronto podremos ver a la "morenita", aunque antes, para mi sorpresa, veo a mi morenita particular, que por sorpresa me sonríe y me envía el más grande de los abrazos primero con su mirada, y posteriormente con el sentimiento.







Una maravillosa ruta, una fantástica experiencia, pero sobre todo, junto con unas personas excepcionales... Con eso me quedo, siempre nos unirá esto, nuestra relación ha cambiado y a partir de ahora, nunca volverá a ser igual. Que bonito y sano es el deporte, nos enseña más de lo que pensamos. Nos vemos en la próxima aventura. Ha sido un placer.

Aquí os dejo el perfil y el enlace a strava, por si algún valiente quiere disfrutar la experiencia:
  


Vídeo resumen del reto.-
https://drive.google.com/file/d/1L2d-ovcS3Lt6rUEw-UWmsBLRbeLIcjVG/view

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Guadalupe 24-feb-2019: "CARRERA POR MONTAÑA PUEBLA y VILLA de GUADALUPE"

Volvemos con las crónicas, son aventuras que siempre dejan huella, experiencias inolvidables y que de alguna manera, gusta dejar algo para el recuerdo. Tercer año consecutivo participando en este magnífico entorno que ofrece Las Villuercas, tener la posibilidad de correr por él, es un auténtico lujo y privilegio.

No andamos en el mejor momento físicamente, este año no hago más de dos salidas por semana, de hecho en los meses de enero y febrero, he salido en total, 12 días a correr, eso sí, cada vez que lo hago, me gusta ir a la sierra y darme un chute de naturaleza en vena, sin importar el desnivel o lo técnico del recorrido, dejando en un segundo plano los ritmos.
El recorrido ha cambiado ligeramente, con respecto a los dos años anteriores, a mi entender, de manera acertada. El tramo siguiente al temido cortafuegos, es bastante técnico y poco corrible, pero bastante más bonito y disfrutón que el anterior paso hasta el avituallamiento prebajada.

Al igual que en 2018, iba muy bien acompañado, Barto repetía y se sumaba a nosotros Ardi, con un estado de forma envidiable y que disfrutó de lo lindo. Buen desayuno, que nos prepara siempre Alina con mimo, en Dulce Capricho y partimos para Guadalupe. Buen ambiente en la zona de salida, no calentamos, pues tampoco es necesario cuando tienes por delante casi 28 kilómetros con más de 1.300 metros positivos y otros tantos de bajada.

Pasamos el corralito y buen ambiente de corredores, caras conocidas como el amigo Jose Trenado, Adolfo Santos o Tony Carmona, que se animaron con el reto, y mucho nivel en los participantes. Unico objetivo, finalizar e intentar cumplir con no superar las tres horas, a partir de ahí, no sufrir demasiado, intentar guardar para la parte más dura y llegar con fuerzas, ánimos y humor para el tercer tiempo.
Primer kilómetro a ritmo alegre en bajada, me mantengo en el medio del pelotón, para no tener que sufrir la fila india que suponen las primeras cuestas si te quedas demasiado atrás. A partir del segundo kilómetro, tres de subida sin apenas descanso, desde el kilómetro 2 al 5, rampas no muy duras pero si continuas. Como suelo hacer, me marco un ritmo cómodo y en algunos tramos ando, al principio acompañado con Jose, que está muy en forma y lo demostró el domingo una vez más. Por delante intento no perder de vista al amigo Ardi que junto Adolfo, hicieron casi toda la carrera.

Los siguientes cuatro kilómetros, eran llanos, con una alguna leve bajada y algún pequeño repecho, con vistas espectaculares, maravillosamente señalizado y el fime, mucho mejor que en anteriores ediciones, se nota que habían preparado algunos caminos a conciencia, enorme labor. Por fin, antes del segundo avituallamiento me uno a los compis para disfrutar del tramo que va del 9 al 12, son los más bonitos de la carrera, me dejo caer en una bajada preciosa, llegando a alcanzar ritmos cercanos a 3, disfrutando de lo lindo en una zona umbría en la que hace hasta frío, bosque de abundante vegetación que discurre cerca de un río. Físicamente, me encontraba bien, aunque decidí ser conservador, y el dúo dinámico se alejaba por delante.
Nueva subida subida desde el kilómetro 14 hasta el 16, me cuesta bastante más no echar a andar, a pesar de ello, marco un ritmo cómodo y vuelvo a superar a varios corredores... pasamos por una zona en la que me sorprende ver a gente animando, además de los fantásticos voluntarios, siempre con palabras de aliento y ánimo. Justo durante ese tramo, antes de afrontar la zona más dura, se une a mi Jose, que según me comenta había aprovechado la bajada para darle zapatilla, y hacemos un tramo tranquilo andando y comentando la aventura.
Pero llega el temido 16,2km lo más duro. Tocaba apretar los dientes y pasar aquel trago con buen humor y sin prisas. Una vez finalizado 15 minutos después, ese kilómetro tan duro, recuperamos algo el aliento, y disfrutando del tramo novedoso que se alargaba hasta el kilómetro 19. Una zona en la que se podía comprobar el gran trabajo de desbroce y señalización de la organización, con gran número de voluntarios, que te animaban, indicaban y daban sabios consejos de como afrontarlo.
La cabeza, pensaba en lo favorable de los 8 últimos kilómetros que restaban a meta, pero las fuerzas iban siendo justas y empezamos a tener algún amago en los cuadriceps. Pasando el 22, por primera vez miro el reloj, lo tengo puesto en la hora, y lo modifico al tiempo de actividad, hago mis cuentas y calculo que a un ritmo de 5, llegaría a meta antes de las 3 horas y así lo hago. Este primer tramo de descenso, muy bonito también, ya divisando el pueblo de lejos, con muchas ganas de beberme una cervecita bien fresca con su tapa de morcilla. Hace bastante calor y hay pocas sombras, acabo el agua del chaleco y disfruto de los últimos metros con la entrada en el pueblo, hasta meta. Con mucho público y muy animoso.


Gran recuerdo de la medalla conmemorativa y la ducha, este año sí, estupenda, supo a gloria.
Como siempre, bonita y especial carrera, disfrutada de inicio a fin, y con un tercer tiempo espectacular con amigos. Llenamos el depósito en Cañamero y camino de vuelta repleto de anécdotas y risas.

Aquí os dejo el perfil y el enlace a strava:

2h 59' 33" (Posición general: 40 / Veterano "A": 13º) de 130 participantes.
Aquí os dejo la Clasificación final, aunque es lo de menos en esta experiencia.

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Reto Orellana-Guadalupe, real project 1.8  8-dic-2018:

No podíamos dejar de dedicar unas palabras a esta grandiosa aventura y escribir unas letras, que con los años tengan algo de valor y sirvan para recordar.
Será la edad, pero esto de "hacer pública" cada cosita que pasa en tu vida, lo he dejado de lado de un tiempo a esta parte. Lo considero, además de un ejercicio muy claro de narcisismo, una pérdida de tiempo, tanto para tí, como para el resto. Sin embargo, me veo en la obligación de contar esta historia, para que cada uno pueda sacar su moraleja... si te estás aburriendo con tanta "paja", puedes dejar de leer ya, porque no contaré cosas morbosas y muy épicas, tan sólo me ceñiré a lo que ha pasado.

Ir corriendo desde el pueblo, hasta Guadalupe.... Un proyecto que andaba por nuestras cabezas desde hacía años, y que por unos motivos u otros, nunca nos arremangamos, ni pusimos fecha para afrontarlo. Este año, con algo de dudas, pero siempre muy ilusionados y con ganas, comenzamos a dar forma a este reto, una actividad física que iba mucho más allá  de una simple competición, que necesitaba de una preparación de meses, de muchos sacrificios, apoyo... dependía de muchas cosas más, que la simple voluntad.

Así, poco a poco avanzaron los meses, todo fue por el buen camino, revisamos cada metro del recorrido, preparamos un plan de necesidades, y poco a poco se acercaba la fecha. El contratiempo más importante que encontramos en la recta final, fue encontrar alguna persona, que nos acompañara, que fuera nuestro salvador y nos mimara, durante la odisea que tendríamos por delante. Y entonces, aparecieron Julio y Javi, que nos lo pusieron tan fácil, que todas las dudas que pudieran haber en cuanto a la preparación física o psiquica, se disipaban. Ellos estaban seguros que lo conseguiríamos, y querían acompañarnos para ser testigos de ello. Renunciaban a un día con sus familias, una jornada de descanso laboral, para estar pendientes de nuestros caprichos, mimarnos como solo lo hace un buen amigo, en definitiva... hacer posible que un sueño que unos locos tenían, se pudiera hacer realidad.

Despertador a las 6:15h, desayuno algo más completo de lo habitual, cuerpo con ganas de correr. Cansado por llevar tres días nervioso, durmiendo apenas, contando cada hora, pero con una ilusión, no hablo de la propia, si no la suma de ilusiones de 6 o más bien 8 tipejos, que afrontaban un día inolvidable en sus vidas. Digo ocho, corrimos seis, pero nuestros escuderos, desprendían en cada mirada y cada gesto, el mismo nerviosismo, y el mismo entusiasmo. Tampoco quiero olvidar a nuestra amiga "Natalie", que aún seguirá recuperándose de la afonía causada por tantas indicaciones.
Montamos los chismes en el coche de asistencia, todo es positivismo y alegría. Comenzamos con la aventura. Primeros kilómetros comentando que tal habíamos dormido, repasando el material, como teníamos pensado comer y beber... pasando desapercibidos, el frío, la niebla, las primeras cuestas que nos hacían pasar por "el puerto". Pasaban los primeros 8 kilómetros, y atravesábamos nuestra pequeña Sierra de Orellana y Pela, que era el primer testigo de nuestra andanza. 

Casi sin darnos cuenta, llegamos a la "Fuente" peleña, donde nos echamos una foto rápida, recargamos algo de agua, y seguimos la marcha atravesando la localidad vecina, que ya huele a San Antón.  Minutos más tarde, nos encontramos a un "runner", que había cumplido ya sus deberes y se cruzó con el grupo de peregrinos... nos acompaña, 25 metros y pregunta: "¿Cúantos kilómetros vais a hacer?", para unirse, pero la respuesta tan rotunda de uno de nosotros, le hizo parar en seco, y tomar otra dirección alejandose como si hubiera visto al mismísimo demonio. Primera anécdota, y risas para seguir recordando las horas que nos quedaban por delante.

Llega el primer avituallamiento, y allí nos esperaban nuestros escuderos. Kilómetro 15, con parada de poco más de 2/3 minutos, en la que unos optan por beber isotónico, tomar el primer gel, fruta, cambiar de zapatillas, lo que fuera necesario para ir más cómodos en un tramo que nos llevaba hasta el km 26, algo menos bonito, aunque con un camino en muy buen estado y acompañados en todo momento por las grullas, reinas de esta llanura. El ritmo se acelera, en el grupo algunos se ven con fuerzas y han preparado muy bien la prueba, otros somos algo más conservadores y sufrimos pequeñas molestias que no queremos den al traste con todo. Así, pasa la Media Maratón, sin darnos cuenta, y llegamos al siguiente avituallamiento, donde teníamos "escondido" algo de líquido y en el que no estaba previsto el coche de asistencia, pero Sancho y Quijote estaban esperando con una sonrisa, nos animaban a no hacer la parada muy larga e intercambiamos chascarrillos. A todo esto, habían pasado casi 3 horas, e íbamos más rápido de lo previsto.

Hasta el momento, el personal estaba muy animado, sin dudas de sus fuerzas ni síntomas de flaqueza. Ansiosos de que el terreno comenzase a cambiar, y empezar a disfrutar de frondosas dehesas de encinas y alcornoques, pero aún tocaban atravesar algunos olivares, eso sí, con el perfil algo más exigente con leve desnivel positivo. Charco por aquí, barro por allá, todo está verde, mira esa cabra, cuidado con ese mastín, sin darnos cuenta estábamos montando una fiesta por pasar el 30, cada vez estábamos más cerca del ecuador y de la parada larga, para llenar el depósito hasta arriba.
Mención especial merece este avituallamiento, que tras unos problemas logísiticos, conseguimos hacer en el km 34, y un poco más tarde de lo esperado... pero lo bueno, se hace esperar. El caldito calentito, fue el gran triunfador, pero no faltó la torilla de patatas, el embutido, líquido, muuuucho líquido y de postre nuestro inseparable plátano, además de frutos secos y algún higo que nos dejo catar el yogurín del grupo.

Así, con esta parada tan larga, a pesar de habernos cambiado casi todos de ropa, nos quedamos algo fríos y costó arrancar. El que más y el que menos, sentía molestias, y el terreno se ponía cuestra arriba. Era la zona más exigente del recorrido hasta el momento, los kilómetros que iban del 34 al 39, dejando "La Ropera" a la izquieda, y disfrutando de la naturaleza en estado puro, por un camino de helechos y zarzas, con mucha humedad por la ombría del terreno y debido a los arroyos que rodean la zona. Todo un espectáculo para los sentidos, que nos llevarían sin darnos cuenta hasta la distancia del "Maratón", kilómetro 42, tras casi cinco horas corriendo, distancia nueva para todos, menos para el más experimentado del grupo, para el que no parecían pasar los kilómetros y se movía con soltura aún.


Tras pasar la barrera de las 5 horas, llegaríamos hasta un nuevo y rápido avituallamiento, en el que reponíamos líquido, volvíamos a tirar de radiosalil y reflex, para las articulaciones que se entumecían. Parecía que por fin se dejaba ver algo el sol, y durante el camino paralelo al último tramo de la gran recta que llega hasta las "Bodegas Ruiz Torres", podíamos observar embelesados dejando a nuestra izquierda, gran parte del sistema montañoso del Geoparque Villuercas Ibores Jara. Con las fuerzas justas, conseguimos llegar hasta el cruce de Cañamero  donde nos esperaban, además de nuestros inseparables escuderos, gran número de familiares que nos animaban y mimaban en todo lo que necesitábamos. Esto, sin lugar a dudas fue un buen chute de adrenalina, que junto con algún refresco con cafeína, nos insufló las fuerzas necesarias, para afrontar el último tramo de 15 kilómetros, hasta la localidad de Guadalupe, que ya veíamos de lejos y que tanto se hacía rogar.



Estos kilómetros, a pesar de la distancia ya recorrida, fueron los más bonitos en lo que al paisaje se refiere, por la bien preparada "Vía Verde", un camino ancho y corrible. Cada uno tenía sus dolores, pero intentabamos no hablar de cosas negativas, si no de positivas... estar entretenidos con los sonidos de la naturaleza, y la visita de algunas ciervas que se cruzaron delante de nuestras narices, dándonos la bienvenida a su territorio. Los kilómetros pasaban lentos, a pesar de lo favorable del terreno, pero los pasos eran cada vez más cortos, intentado no castigar más aún los maltrechos músculos. Lo que si mantuvimos, y esta sin duda fue la clave para poder superar estas carencias físicas, fue el buen humor, muchíiiiisimas risaaaaas... a día de hoy, creo que la zona en la que más agujetas sigo teniendo, es la abdominal, y creo que es por esto.
Cruzamos un precioso arroyo, que aprovechamos para refrescarnos pasado el kilómetro 56, una zona de descanso con un precioso puente, la "Ribera del Silvadillo", para iniciar una de las últimas subidas, entre pinos, jarales, madroños, robles y algunos de repoblación, tras los estragos causados por un incendio que sufrió la zona hace casi 15 años. Culmina la ascención, una preciosa dehesa de encinas, para enfilar a partir del kilómetro 61, la bajada de unos 3 kilómetros hasta la rotonda de Alía, este tramo se hace muy duro para algunos y les comento las ganas que tengo de darles un enorme abrazo una vez estemos en la plaza, pero mientras tanto... que corra el aire, lo último que podemos perder es el buen humor.


De nuevo, nos esperan allí para darnos el últio empujón la familia y nuestros asistentes, que ya daban por cumplido nuestro anhelo. Nos acicalamos rápidamente, bebemos algo de líquido, y por los últimos dos empinados kilómetros por camino hasta la vía principal del la localidad, "Natalie" nos guía en este último apretón, y todos ya podemos saborear la hazaña. La tarde cae, puede ser que haga frío, pero a este punto de la "película", los sentimientos físicos están en un segundo plano. Disfrutamos con la entrada en una plaza abarrotada de turistas, que no son conocedores de nuestra gesta, y llegamos a la plaza, donde pronto podremos ver a la "morenita", aunque antes, para mi sorpresa, veo a mi morenita particular, que por sorpresa me sonríe y me envía el más grande de los abrazos primero con su mirada, y posteriormente con el sentimiento.







Una maravillosa ruta, una fantástica experiencia, pero sobre todo, junto con unas personas excepcionales... Con eso me quedo, siempre nos unirá esto, nuestra relación ha cambiado y a partir de ahora, nunca volverá a ser igual. Que bonito y sano es el deporte, nos enseña más de lo que pensamos. Nos vemos en la próxima aventura. Ha sido un placer.

Aquí os dejo el perfil y el enlace a strava, por si algún valiente quiere disfrutar la experiencia:
  


Vídeo resumen del reto.-
https://drive.google.com/file/d/1L2d-ovcS3Lt6rUEw-UWmsBLRbeLIcjVG/view

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Trail Cumbres Hurdanas, Caminomorisco 22-oct-2017 
V Trail, Mini y Promo Cumbres Hurdanas (web oficial)

Muchas dudas, y algo improvisado... No estaba dentro de mis planes participar en esta carrera, sin embargo el buen hacer y la invitación de Oscar Campos, al que estoy muy agradecido, puesto que la experiencia ha valido y mucho la pena, me hizo tomar la decisión de pasar el fin de semana por una zona, que no visitaba hace casi una década, por aquel entonces, estuve unos días reforestando tras un importante incendio que sufrió la comarca, por lo que he podido comprobar, se ha recuperado por completo de aquel revés.  
Llegamos el viernes por la noche, y nos quedamos en la alquería de Cambrón, un pueblecito cercano a Caminomorisco con apenas 20 habitantes. Cuando amaneció la mañana siguiente, no pudimos hacer otra cosa que patear el precioso entorno de la casa, aprovechando que estaba señalizada la ruta de la carrera corta de 5km, que precisamente partía desde la puerta de casa. Tras disfrutar de este precioso paisaje de monte bajo, nos decidimos a conocer la parte más salvaje de Las Hurdes, y fuimos a pasar el resto del día por la zona de El Gasco, desde donde se daba la salida a la denominada "Mini", en la que competiría el día siguiente. Paramos en cada uno de los pueblecitos, cada uno con un encanto particular, y disfrutatos de una copiosa comida, para después caminar hasta el "Chorro la Meancera", divisar los preciosos "Meandros" y la salvaje naturaleza del monte alto, que impresiona y te deja sin aliento.



Afrontamos la mañana siguiente muy motivados, con ganas de correr, pues las molestias en talones de aquiles parecían desaparecer, y el gripazo sufrido durante la semana, parecía ir remitiendo. Saludos por aquí y por allá, con los compañeros de U Lagartu Running, y charla agradable con Carlos en el bus que nos llevaba a la salida, y comentando las sensaciones con el amigo César, que se había pegado un buen madrugón y afrontaba ilusionado este reto tan distinto a lo que acostumbra.





Con algo de retraso, se dio la salida, somos un centenar de participantes, y los que conocen el recorrido, se ponen en los primeros puestos, pues saben que es complicado adelantar durante los primeros kilómetros. Yo consigo, poco a poco, ganar posiciones y escaparme de esta fila de uno. Los tres primeros kilómetros, no son excesivamente duros, pero si con un terreno técnico y continuos sube-baja rompepiernas, que no permiten mantener un ritmo cómodo. Por fin, llegamos al pueblo vecino "Fragosa", desde el que, tal como nos comentaba en el bus un miembro de la organización, comienza una subida exigente y que parece interminable.  Son 4 kilómetros, desde el tercero hasta el séptimo, en el que se ganan +700 metros positivos. Los primeros dos kilómetros, adelanto a varios corredores aprovechando que ellos deciden hacerlo andando y yo, me planteo hacerlo corriendo a un ritmo cómodo. Poco a poco, voy notando que las piernas se cargan y al ser numerosas curvas que te llevan a la cima, una recta la hago andando y la siguiente corriendo, lo que me permite acercarme a otros corredores que llevo delante. El paisaje era impresionante y te invitaba a parar para contemplar lo impresionante de las vistas, pero quedaban unos últimos metros, que ponían la guinda de esta preciosa subida, un duro cortafuegos tras el primer avituallamiento.


A partir de este momento, empieza la primera de las bajadas técnicas, muy bien señalizadas, como todo el recorrido. Justo antes de afrontar la mismo, oigo mi nombre y al girarme, veo que el amigo César viene muy cerca, por lo que decido pararme y esperarlo para compartir metros juntos, pero a este se le atraganta el descenso y me comenta que prefiere hacerlo solo, poco a poco me alejo, aunque con mucha precaución, pues no quiero pegarme un costalazo, como me ocurrió la última vez en La Garganta. Tras esta primera bajada, llega un terreno "llano", en el que se aprecia el gran trabajo que ha debido hacer la organización, todo desbrozado y muy bien señalizado, además de tomar la "verea hurdana" que atraviesa esta montaña que te deja boquiabierto. Los kilómetros pasan volando, y hasta este momento me encuentro con bastante fuerza.

En el kilómetro 10, decido tomar la delantera para afrontar una nueva bajada peligrosa, muy decidido los primeros metros, hasta que, sin darme cuenta, pierdo el equilibro y me encuentro volando, literalmente... consigo hacer la croquetamax y ponerme de pie como si nada hubiera pasado, reviso el chasis, algún que otro arañazo y como siempre, la rodilla empieza a sangrar. Es poca cosa, pero prefiero tomármelo con más calma y a pesar de hacer la bajada, relativamente rápida, si que lo hago más concentrado y no arriesgando en los terrenos más exigentes.

Pronto llegamos al kilómetro 13, tras bajar un par de cortafuegos que hago casi andando, pues no me encuentro cómodo en este terreno. Ya quedan dos para meta, no veo a nadie por delante ni por detrás, y aunque no se en que puesto estoy, me decido por ahorrar para una vez llegue a meta, poder disfrutar de un buen tercer tiempo y sobre todo, sano y salvo.

Por fin, llegamos a Caminomorisco, y en cada una de sus calles recibo los ánimos de chavales muy simpáticos, en los últimos metros espera Noelia junto con Clara, mujer de César, y las niñas, Lucía me coje la mano y mete la sexta para que entremos en volandas a meta.
Muy contento, pues creo que ha sido la carrera de Montaña que más he disfrutado de principio a fin, en la que he sido capaz de dosificar y seguir los consejos de varios corredores veteranos, y a pesar de exprimirme casi al máximo, he llegado entero y con mucha pena de que acabara.


Aquí os dejo el perfil y el enlace a strava:
  
Tiempo: 1h 41' 25" / ritmo 6:29/km (Posición general: 21º / Senior: 9º) de los 101 que llegamos a meta.

Aquí os dejo la Clasificación final, aunque, como siempre digo, es lo de menos en esta experiencia.

Vídeo resumen del evento.-
Muy buen papel de todos los #ulagarturunning ;)
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La Garganta 5-agosto-2017"Carrera Por Montaña La Garganta, Techo de Extremadura"
Palabras mayores... lo podemos llamar reto personal, cabezonería, esfuerzo, constancia, propósitos, objetivos, de muchas formas. El caso, es que yo solito me meto en estos berenjenales, y en el fondo, todo tiene la misma respuesta ME ENCANTA.

Me gusta y disfruto mucho en este tipo de pruebas, ya no solo de su recorrido, su ambiente, el trato de la organización y voluntarios, la gente de sus pueblos... si no del antes, y del después. Y esa es la mentalidad con la que afrontamos estas carreras, esta competición, que pasa a segundo plano, cuando tropiezas y despiertas, cuando te das cuenta que a pesar  de intentar hacerlo lo mejor posible, siempre es más importante acabar entero y seguir disfrutando de lo que NOS APASIONA.

Pudimos escaparnos el viernes tarde, tras dejar hechos los deberes de la organización de nuestro 28 Fondo Popular, en una última semana estresante, como todos los que organizáis algún tipo de evento sabéis bien. Pues lo dicho, pasamos la noche del viernes en un precioso pueblo cercano al pueblo de "La Garganta", lugar de la salida/meta. Candelario, pueblo salmantino conocido por muchos, tiene un encanto especial, y nos atrapó muy pronto. Estas son las vistas que teníamos desde la habitación, ains... al día siguiente tocaba intentar acariciar esa luna, jeje.
Cenamos bastante bien, nada de cosas a la plancha, ensaladas o por el estilo, los que me conocéis bien, sabéis que no sacrifico mis comidas o el sueño por una carrera, a lo mejor me vendría mejor hacerlo, pero entonces, no sería yo. Cochinillo, verduras a la plancha, chipirones, cervecitas, tiramisú, un buen café con su gintonic. Y listos para dormir 4 horas, pues tocaba diana a las 6:00h, para intentar lo que finalmente fue misión imposible, encontrar algún sitio para desayunar en condiciones antes de la salida, que era a las 8:30h, para intentar escapar del calor que suele apretar en estas fechas.
El resultado del desayuno, un cortado y dos magdalenas, menos mal que los depósitos estaban cargados de la noche anterior... pero los 23km + 1.200m que presentaban el track del recorrido, harían que muy pronto, esa remesa de energía, se esfumase a los pocos kilómetros.
Por una vez, me planteo tomarme con filosofía la carrera, lo hablo con el maestro Juan, compi de U Lagartu, antes de la salida. Y en los primeros kilómetros, encuentro a Raúl, de sección Lagartu de Zafra, un tío que siempre corre con cabeza y de menos a más, muy inteligente. Nos acompañamos mutúamente y aprendo a subir andando, para apretar en el llano y las bajadas, gracias a sus indicaciones. En el kilómetro 6 el primer traspies, sin aparente importancia... caigo de culo, pero reviso el chasis y parece que todo está en su sitio. Bajo con algo de precaución y poco a poco empiezo a recortar distancias con el amigo Raúl, que se va sintiendo mejor tras su larga lesión.
Llega el kilómetro 10 y voy más entero que nunca, disfrutando de cada metro de esta preciosa montaña, el recorrido recuerda en parte a Hervás, pero es mucho más salvaje y alguna zona seca, evidente por las fechas. Tramos muy técnicos, casi siempre en bajada, alternados con otros muy corribles, en los que tienes que conservar algo y ser precabido si no quieres que te pase factura un sobreesfuerzo. Fantásticas sensaciones, hasta la última subida dura del kilómetro 14 hasta "La Muela", donde nos esperaba un avituallamiento con unas vistas espectaculares con un anfitrión de lujo, como el Sr. Heras. Llevo algún kilómetro compartido con un corredor de Plasencia, no hablamos mucho, el me adelanta en las bajadas, yo marco el ritmo en las subidas, y nos echamos un cable hasta coronar.


Empezamos una técnica bajada, en la que me descuelgo, ya que empiezo a sentir alguna molestia en los gemelos. Es lógico, pues en apenas 4 kilómetros, hemos ganado más de 500 metros de desnivel y mi forma de subir, es de puntera, intento evitarlo, pero cuando me doy cuenta sigo pisando y forzando demasiado la musculatura del sóleo.
Ese amago, sería un aviso de lo que vendría por delante. Cuando mejor me encontraba, una zona corrible, de llano y bajada, llegamos a un terreno empedrado y al pegar un salto para evitar una grieta entre las piedras, me pega un latigazo en el gemelo derecho, que me hace perder el equilibrio y pego un chocazo que debió ser espectacular, en un socabón. Dos compañeros, a los que estoy muy agradecido, dorsales 187 (Antonio Manuel Sanguino) y dorsal 758 (Antonio Luis Gallego), me ayudan a levantarme y se interesan por mi estado. No quiero que pierdan el tiempo en socorrerme, pues a pesar de las contusiones y heridas, me encuentro relativamente bien y puedo andar, así que comiendome mi orgullo, les digo que estoy como una rosa... y ando unos 500 metros, estiro y me doy un masaje en la zona afectada y voy recuperando poco a poco del sobresalto.

Llego al primer riachuelo y me lavo las heridas de guerra, pues queda bastante para el siguiente avituallamiento. Estos kilómetros se hicieron muy largos y me adelantan muchos corredores, todos se preocupan de ver si voy bien, pues las magulladuras de la rodilla y el hombro, son algo escandalosas. Desde aquí les agradezco el detalle y aprovecho para elogiar una vez más a los corredores de montaña, en este sentido, en su mayoría, no tienen nada que ver con los runners de asfalto. Mucho más solidarios y sin otra preocupación que no sea la de disfrutar. Y así nos tomamos el resto de la odisea que tenía por delante, últimos 6 kilómetros tras un avituallamiento en el que bromeamos de nuevo con los voluntarios, a los que a pesar de mi estado, consigo sacar una sonrisa.
Hasta el kilómetro 20, iba bastante animado, acusando la falta de entrenamiento, las horas de sueño, el cansancio, las heridas, pero con la cabeza centrada en terminar la prueba y sobre todo, disfrutar del precioso recorrido. Pero en los kilómetros 21 y 22, me dio algo de bajón y solo pensaba en acabar cuanto antes y lo más entero posible y empezaba a darle vueltas al pequeño susto que se iba a dar Noelia, cuando me viese en el estado en el que iba, tras hacer la croqueta.
Así pues, de nuevo sonrisa para afrontar el último kilómetro, bromear con cada voluntario que me indicaba que ya lo tenía hecho y encaramarme a esa última cuesta de cemento, que sabía a gloria, después de las penurias que había pasado. Por suerte, hasta que no cruce la meta, no se dio cuenta mi chica, ya que me esperaba con la cámara y desde el objetivo no se apreciaban los arañazos... pero después, se asustó un poquito.

Muy agradecido al enfermero de la ambulancia que me estuvo curando, fui su primer conejillo de indias y hasta le tuve que tranquilizar yo, jeje.

Atentísimo desde la organización, tanto Carlos, como Luismi. Y un gusto la atención y el rico avituallamiento post-meta de las señoras que con alegría nos ofrecían de todo, para recuperar fuerzas.
Muy a mi pesar, nos tuvimos que marchar, pues no queríamos llegar muy tarde, ya que teníamos todavía taréas pendientes en Orellana, y quedaban por delante dos horas y media de camino.

Tercera prueba de Copa, tres de tres y a cual más bonita. Guadalupe, Hervás y ahora La Garganta... preciosas y muy recomendables, a las que intentaremos volver el año que viene, pues con cada una tenemos alguna cuenta pendiente.

Aquí os dejo el perfil y el enlace a strava:



Os dejo también, con los fríos números.-


2h 32' 38" / ritmo 6:41/km (Posición general: 40/ Senior "B": 14º) de 113 participantes.
La Clasificación final, aunque es lo de menos en esta experiencia.
Clasificación General circuito Copa 4º Senior.


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Cross Nocturno 4 Lobos y 3.000 Buitres de Serradilla 1-jul-2017:  
Trail y Cross Nocturno Serradilla (web oficial)

Una de las fijas en el calendario... tras la grata experiencia el año pasado, no quisimos faltar a la cita y visitar de nuevo Monfragüe. El momento de forma, no es el mejor, pero poco a poco, uno se contagia de la ilusión de los compis, que se sienten cada vez más cómodos en la montaña y había que guiarles para que conocieran esta nocturna, tan especial, por muchos motivos.


Repetíamos el cuarteto de Arroyomolinos, y una vez más, lo importante fue el gran día que echamos, las risas y muchos momentos para recordar. En lo personal, después de darle muchas vueltas, y quedarme con ganas de hacer la carrera larga, nos "conformamos", con la distancia más corta y menos exigente, al igual que la temporada anterior. Los 9.5 km +400m, con la mentalidad de salir a full, y llegar con tiempo de disfrutar de una ducha rápida, la rica pizza, cervecita fresquita y no volver muy tarde, pues el domingo tocaba estar a las 6 en pie para laborar, es lo que tiene la hostelería.


Así pues, salida muy rápida y aunque salgo algo retrasado, voy encontrando espacios para no perder de mucho de vista a los de cabeza en el primer kilómetro, si bien es cierto, que la parte de llaneo no iba a ser mi fuerte, debía esperar el momento de enfilar las primeras rampas y disfrutar de la subida que nos llevaría hasta el ecuador de la carrera.

 Hasta el kilómetro dos, no miro el reloj, que por cierto estrenaba, y me soprendo con el ritmo por debajo de 4, muy cómodo y concentrado en correr bien, con una respetable técnica de carrera, dentro de mis posibilidades. Por fin, llega la vereda que nos adentra en la Sierra, se empieza a cerrar la noche y el frontal toma protagonismo. Esta subida me recuerda mucho a zonas por las que solemos entrenar por aquí, y eso me motiva. A pesar de ir controlando la respiración y con pulsaciones altas, siento que voy guardando algo para el tramo inédito y más duro, que anunciaban desde la organización. Unas rampas, en las que no quedaba otra que trepar, en algunos metros y resoplar hasta llegar a la primera cima.
Apenas cinco kilómetros, y ya había entrado bien en calor, sin importantes molestias, pero con mucha tensión por no tropezar en la bajada. No tenía un terreno muy técnico, pero sus giros de 180 grados, la hacían peligrosa y el polvo que se acumulaba tras la pisada de los montañeros, te hacía por momentos, perder parte de la visión. En este sentido, la señalización del recorrido, fue inmejorable, a pesar de lo complicado y laborioso que debe suponer, indicar bien los numerosos cruces, curvas, peñascos, árboles... fantástica labor de la organización, que año tras año se supera. 
Tras el descenso, en el que recupero pulsaciones y atravesamos la sierra, volvemos a encarar una subida larga, con una pista bastante ancha, que ya subimos el año anterior. Como suelo hacer, marco un ritmo cómodo y hasta arriba, sin mirar mucho el punto más elevado, en el que sabemos que por fin se separan el Trail y el Cross, y desde donde se puede escuchar a los lobos, y la caracola te llama para que encuentres la meta.

Encaramos los últimos dos kilómetros hasta la meta, una bajada con ciertos tramos muy técnicos, en los que ya las piernas se resienten, los tobillos sufren varios sustos y mantener el equilibrio y no caer, se convierte en la única preocupación. Con los cinco sentidos puestos en el descenso, y gracias al aviso de los maravillosos voluntarios, avisando de lo peligroso de ciertos segmentos, conseguimos ver las primeras calles que nos llevan hasta la plaza, los niños tendiendo su mano y los serradillanos, que toman el fresco en sus puertas, te dan el último aliento para que superes estos últimos metros.


 
Por fin, cruzamos meta, con sorpresa pues me comentan que entro quinto clasificado y, mejoro puesto del año anterior. Os dejo la crónica del 2016, aquí.


Aquí os dejo el perfil y el enlace a strava:
 
Tiempo: 50' 42" / ritmo 5:16/km (Posición general: 5º / Senior: 3º) de 85 que llegamos a meta.
Aquí os dejo la Clasificación final, aunque, como siempre digo, es lo de menos en esta experiencia.
Muy buen papel de todos los #orellanarunners #ulagarturunning ;)
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Cabezarrubias del Puerto 13/14-mayo-2017 "V Mineros Trail"
Distinta experiencia por tierras manchegas, el pasado fin de semana.
Tocó doblar en la Mineros Trail, prueba que se disputaba en la localidad de Cabezarrubias del Puerto (Ciudad Real). Lo que son las cosas de la vida, jamás me hubiera enterado de que existía esta prueba de no haber entablado una conversación, con un participante que tuve el gusto de conocer en la carrera disputada en Herrera del Duque hacía unas semanas, gracias Juan (Club La Petaca).

 Elegí para aprovechar y exprimir al máximo los días libres, participando el sábado en la primera edición de la denominada "Mineros Vertical", que contaba con 5 kilómetros exigentes, muy técnicos y con casi 300 metros positivos en los primeros 2 kilómetros, que transcurrían entre olivos y pedregales, en los que apenas se podía correr. Otra cuestión que hacía especial esta competición, es que se trataba de una cronoescalada. Es decir, competíamos cada uno con nuestras sensaciones y nuestro tiempo, sin apenas referencias, pues salíamos cada dos minutos.
Muy pocos corredores en línea de salida, no superaban la treintena, pero con muy buen nivel algunos de ellos. A las 18:00, puntualmente, salía el primer corredor y tocaba esperar el turno, pues tenía el dorsal número 10 y esperamos unos 20 minutos, que con los nervios se hicieron largos. Había calentado por la mañana, pues estuvimos de visita por la preciosa zona de Sierra Madrona.
 


 Por fin, llegó mi turno y salimos disparados desde la plaza del pueblo, para abandonar muy pronto el asfalto y empezar el ascenso hasta el repetidor. Una vez estabilizamos las pulsaciones, a disfrutar de la subida, dura y técnica, pero por un terreno bonito y desconocido totalmente, un par de despistes al seguir las indicaciones, sin mucha importancia. Las zonas en las que más disfrutaba, eran los pedregales, muy similar a la dura ruta de los canchales de nuestra Sierra Orellana, zona por la que acostumbramos a entrenar.
 

 

 

Poquitos voluntarios por el recorrido, hasta que, poco antes del inicio de la bajada, al coronar el ascenso, un grupo de niños ofrecían agua y daban ánimos con mucha alegría e ilusión, a pesar de ir concentrado te arrancaban una sonrisa y transmitían buen rollo. Al inicio de la bajada, veo cerca al corredor que partía dos minutos antes que yo, y me motiva darle caza, aunque baja bastante rápido y me lo tomo con paciencia. Ya, una vez pisamos el pueblo, voy a la zaga y consigo adelantarle y afrontar una última subida que enlaza con la recta final a meta. Pensaba que estaría algo más lejos y había dosificado bastante bien, guardando fuerzas para el día siguiente.
Al finalizar todos los corredores, dicen por megafonía los tres primeros de la general, y escucho mi nombre como tercer clasificado, muy contento y con el objetivo cumplida de activar las piernas. Nos invita el "Club La Petaca", que organiza la prueba, a recuperar fuerzas con una rica y fresquita cerveza y montaditos de lomo y panceta, como para resisitirse.

Aquí os dejo el perfil y el enlace a strava:
 

Tiempo: 25' 20" / ritmo 5:24/km (Posición general: 3º).
Clasificación general, aquí.
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Con poco tiempo para descansar, el domingo por la mañana partíamos de Hinojosas del Valle, pueblo cercano en el que dormimos viernes y sábado, para afrontar la segunda parte de mi particular aventura en la Mineros Trail. En esta ocasión se trataba de 14 kilómetros, con poco más de 600 metros de desnivel positivo. Notaba algo cargadas las piernas, pero tenía buenas sensaciones y quería seguir conociendo la Sierra que tan preciosa se veía desde el pueblo.
Mucho más ambiente que el día anterior, unos 150 corredores partíamos sobre las 9:30h con calorcito. La primera subida, similar a la del día anterior, tomo de referencia algunos corredores que también doblaron y habían corrido el día anterior en la vertical. Subo cómodo, pero me sorprende una cosa, a diferencia que pasa en las carreras en las que suelo competir aquí en Extremadura, me adelantan algunos corremontes en las subidas, en teoría mi punto fuerte, sin embargo consigo recortar distancias con ellos y superarlos sin problemas en las bajadas. Al llegar al primer avituallamiento, en el kilómetro 5, en el que no tenía pensado parar, decido parar y recuperar algo las pulsaciones, y compruebo con sorpresa otra situación nueva para mi, los corredores que vienen detrás, se lo toman tan en serio que te echan una mirada como diciendo, "ahí te quedas" y te adelan como misiles, jajaja. 
 Bueno, después de reponer fuerzas, no tengo ni idea en que posición iré, calculo que entre los 20 primeros, por la salida, y al ser mi categoría tan amplia (desde 18 a 39), me lo tomo con filosofía y sigo planteando la carrera para hacerla de menos a más. Tras pasar el tramo más duro, que por primera vez decido hacerlo andando, para no vaciarme, caminando rápido, eso sí, pues adelanté a tres en apenas 200 metros de subida, llegamos al ecuador de la carrera y el momento de apretar los dientes y comenzar a ganar puestos. Disfruté de este tramo muy técnico, bajadas muy bonitas y complicadas en las que me sentí un auténtico "jabalí". Gané unas cuantas de posiciones hasta llegar al segundo avituallamiento, en el kilómetro 9, donde de nuevo paré y comi de todo un poco y me volvió a pasar lo de la vez anterior... mirada furtiva y adios muy buenas, jajaja. Me lo tomaba a broma con los voluntarios, a los que también les extrañaba la situación.
 Poco más de 5 kilómetros a meta y ya si que tocaba vaciarse, darlo todo, no por nada, si no por acabar con esa sensación de habete exprimido que sentirse bien al cruzar la línea de meta. Voy cómodo hasta faltando un par de kilómetros a meta, en los que llevo un ritmo sub 4' en bajada, pero no voy para nada sobrado, muy justo de fuerzas y con los cuadriceps a punto de estallar.
Tengo a dos corredores cerca, pero desisto en el intento de recortarles metros, pues se ayudan y animan entre ambos. El calor hace mella y voy al límite... además, noto que se acerca un compañero con el que coincidí los primeros kilómetros, nos adelantamos varias veces y allí estaba, pisándome los talones, por lo que decido exprimirme a la entrada del pueblo y correr los últimos metros concentrándome en no perder el puesto, que posteriormente me confirman, 12º finalmente.
Satisfecho por la carrera, cansado pero pronto recuperamos fuerza con mucho líquido y la rica fruta del surtido avituallamiento final.

Aquí os dejo el perfil y el enlace a strava:
 
Tiempo: 1h 12' 51" / ritmo 5:32/km (Posición general: 12º / Veterano "A": 4º).
--> Clasificación final, aunque, como siempre digo, es lo de menos en esta experiencia.
+ Fotos de la Mineros Trail--> https://goo.gl/photos/uh4a82BgrZoF7vY48

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Hervás 23-abril-2017: "Carrera Por Montaña Deportes Parra Hervás"

Me siento un privilegiado, por haber podido pasar 24 horas en Hervás. Ya no sólo el tiempo que te lleva una aventura como esta fabulosa carrera por montaña, sino, poder compartirlo con tu pareja y amigos, es algo que realza el amor y la pasión, que despiertan hace un tiempo en mí, este tipo de pruebas.

Otra de las carreras marcadas en rojo en el calendario, segunda de las que componen la Copa de Extremadura Fexme, desde pequeño no visitaba esta zona, y el reencuentro fue una maravilla.


En lo deportivo, por delante, 21.5km con un desnivel que asustaba, por lo menos a mi, +1.200m. Se subía lo mismo que en Guadalupe, pero con 6/7 kilómetros menos, por lo que se preveía un recorrido de mayor dureza, a pesar de tener menos distancia. Pensaba que estaba mejor de forma y algo más preparado, además tenía algo más de experiencia, aunque, como podréis leer más adelante, las cábalas son tan sólo eso jeje.

Volviendo a lo extradeportivo, preciosos paseos por el pueblo y un buen chuletón regado de unas cuantas de birras, para llenar el depósito, ya se que para muchos deportistas será una locura, pero sin estos momentos antes y después de las carreras, no tendría sentido para mí todo esto, más aún cuando lo compartes con gente a la que quieres.
Buen ambiente, saludos a unos y otros, recogemos el dorsal... parece que va a hacer mucho calor. Esto empieza ya, mucha gente anima en las calles que rodean la plaza de Hervás en la salida. Se forma un pequeño tapón en una zona muy bonita con un puente, en la que estuvimos haciendo fotos el día antes, pero una vez pasamos el puente, comienza a empinarse el terreno y así seguiría hasta el kilómetro 4, ganando en estos primeros compases de la carrera mucho desnivel y muchas plazas, pues una vez más, habíamos salido a la cola del pelotón con unos 200 corremontes.
Adelanto a gente que se de sobra que me dará caza más adelante, pero siento que tengo que aprovechar que me encuentro fuerte y decido subir a un ritmo cómodo para mí. Una vez comienza la bajada, el terreno cambia y hay algunos metros, en los que se puede correr bien, pero a partir del kilómetro 7, llega uno de los tramos más técnicos y peligrosos, a su vez de los más bonitos. Poco antes, en una bajada, noté ciertas molestias en los isquios, que me hicieron levantar el acelerador, tenía un grupito de buenos corredores cerca, pero no me planteé darles caza, aunque si intentaba no perderlos de vista.
 
Como siempre, cuando el terreno se empinaba, me acercaba y cuando era llano o bajaba suavemente, me ganaban metros. Pasamos la preciosa zona de la "Chorrera", una cascada en la que el clima era muy fresquito, te apetecía darte un bañito por allí, y por fin finalizaba esta segunda subida, menos larga pero si muy técnica, debías estar con todos los sentidos en el terreno. A todo esto, en el primer avituallamiento (km 6) no paré, y estaba deseando llegar al siguiente que se encontraba a tres kilómetros, para rellenar la botella y tomar algo sólido e isotónico que me pedía el cuerpo.
Una vez finaliza el descenso precioso, exigente y peligroso, en sus últimos metros, llegaría el ansiado avituallamiento, en el que paro y disfruto de una buena charla con algún que otro corredor y las amables voluntarias, reponemos fuerzas y encuentro a un gran compañero de fatigas. Pensaba que me vendría bien ese parón para recuperar fuerzas, pero me costaba mucho y me sentía pesado, a pesar de ello, la charla con Rubén de Plasencia, que recogía flores para su niña y su mujer, fue muy amena y pasaban los kilómetros volando, disfrutando del paisaje, de la dureza de las trochas, los sinuosos senderos, hasta que llegamos al siguiente avituallamiento.

Allí, formamos un buen compleaños, amenizado con globos. Una fantástica señora, que después me comentaría era la madre del gran Leandro, de lo más simpática y aunque estaba sola, nos tenía a todos muy bien atendidos, unos 15 corredores nos juntamos allí, estaba tan agusto que me hice el remolón en volver a correr, pero mi compañero de viaje me animaba y para adelante, a seguir el camino. Ya "sólo" quedaban 6/7 kilómetros y los 4 últimos muy favorables, pero la vuelta a la marcha no pudo ser más dura, a las molestias de isquios, se sumaron las de los gemelos, cuadriceps, creo que me dolían hasta las orejas. Rubén continuaba con su charla, era lo único que me mantenía motivado, pero tuve que parar para atarme los cordones, que llevaba viendo hacía un ratillo, y cedo el paso a corredores que venían como balas por detrás, ahí pierdo de vista al compi y empieza mi pequeña odisea.
Estamos cerca del siguiente avituallamiento, desde el que se, que sólo restará algo de llano y bajada a meta, terreno favorale. Se me hacen eternos esos metros, a pesar de ello, un grupo de voluntarios, chavales muy jóvenes, tienen formada una buena y animan en un repecho muy duro justo antes del acceso a la pista en la que se encuentra el último avituallamiento y me sacan una sonrisa. Agradeciendo sus ánimos, consigo llegar para reponer fuerzas, pero ya no hay remedio. Cuando me pongo de nuevo en marcha, empiezan los calambres en todos los músculos de las piernas, los cuadriceps parecen los de Roberto Carlos, a punto de explotar, los gemelos no aguantan, paro varias veces, estiro como buenamente puedo, recibo los ánimos de los muchos compañeros que me pasan, pero apenas consigo avanzar, este kilómetro llano me estaba matando, hasta que por fin llego al tramo de bajada.
Alcanzo a un corredor, del que no recuerdo su nombre, pero me comenta que vive en Hervás y conoce el terreno, y hago con el todo el descenso, despacito, pero muy cómodo y sin apenas molestias, parecía que podía llegar a meta, pues kilómetros antes me saltó la duda.


Cualquiera me iba a decir, que en los últimos metros tendría que animar a alguien, pues así fue, me alcazó un Crazy y entre los dos, no juntábamos uno... íbamos fritos, pero decidimos entrar juntos en meta y apoyarnos, se escuchaba ya el gentío y afrontábamos las últimas calles que conducen a la plaza y allí me espera Noelia, que me coge de la mano y echa un sprint que me deja con la lengua fuera, para fundirnos en un abrazo una vez cruzamos la meta. La guinda, a un fantástico pastel.

Aquí os dejo el perfil y el enlace a strava:


Fantástica experiencia. Agradecer el trato de Leandro, de la organización de esta gran carrera, al que he tenido el gusto de conocer este año y con el que he conectado de una manera especial, pues compartimos muchas ideas y pasiones de este deporte. Un gran anfitrión, que nos puso todo en bandeja, para disfrutar de un maravilloso día por Hervás. Gracias a él, a todos los volutarios y en general a todos los que hacen posible un evento de esta magnitud.
El año que viene, allí estaremos.

Os dejo con los fríos números.-

2h 41' 01" / ritmo 7:09/km (Posición general: 62 / Senior "B": 15º) de 200 participantes.
La Clasificación final, aunque es lo de menos en esta experiencia.
Clasificación General circuito Copa 9º Senior.

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La Lapa 8-abril-2017SUBIDA AL CONVENTO DE, "LA LAPA"

Bonita carrera, a pesar de la distancia que nos separaba de esta localidad del sur de Badajoz, finalmente, nos animamos un buen grupito, con la intención de hacer algo distinto, pues el gran atractivo para nosotros, era poder competir como equipo, como club. Por delante, un calor de aupa, poco más de 15km, una pendiente máxima del 29% y unos 500m de desnivel positivo acumulado.

Llegamos con tiempo, recogimos dorsales, estiramos las patitas tras la hora y tres cuartos de viaje y nos pusimos en línea de salida. Nada más llegar, nos dimos cuenta que un grupo de muy buenos atletas, se había unido para formar un imbatible equipo "Tekila Team", por lo que habría poco que rascar en ese sentido. A pesar de ello, había que luchar e intentar hacer un buen papel.

Los primeros 3 kilómetros, eran llanos, con buenas vistas a la sierra, a la que teníamos ganas de hincar el diente. Salimos detrás de un gran grupo de corredores, que parecían darse tregua, hasta la primera subida. Casi llegando al km 4, íbamos en pareja, a un ritmo cómodo Javi y yo, y un pelín por detrás Ardi y López, algo más descolgado para guardar fuerzas y finalizar con mejores sensaciones, se quedó Mario, que al igual que Javi se estrenaba en esta modalidad.

La primera subida, no era de mucha distancia, poco más de 500 metros, pero el ser de cemento y apretar el solazo y sin ninguna sombra, la hizo algo más exigente. Comenzamos a adelantar a corredores. Parecíamos ir cómodos en pareja, pero justo tras coronar, veo que Javi se va quedando poco a poco... espero, que nos volvamos a unir en la bajada, aprovecho para recuperar el aliento, pero al parecer no anda fino. Poco después, antes de llegar al kilómetro 5, volvemos a subir, esta vez se trata de cuestas mucho más llevaderas, atravesando una bonita dehesa, en la que la temperatura es la idónea. Rampas del 15/20%, con algún pequeño descanso, pero en las que me encuentro muy bien... casi dos kilómetros para seguir superando a corredores que andan, yo como siempre, no cedo y marco un ritmo cómodo, sin andar en ningún momento, no lo hago porque después me cuesta arrancar.

Una vez finaliza esta segunda subida, la más dura y larga de la carrera, estamos en el ecuador de la prueba, y no tengo muy claro que es lo que nos depara por delante, por lo que marco un ritmo cómodo en un pequeño tramo llano. Poco duró, pues de nuevo volvemos a subir una empinada zona, con una vereda apenas perceptible, pero muy bien balizada. Ahí, vuelvo a ganar algún puesto y me acerco a otros dos corredores que empiezan la bajada, una de mis debilidades. Sin embargo, este descenso, no es como los que te sueles encontrar en la mayoría de carreras, es una zona "virgen", con balizas colocadas al "despiste", que te hace estar pendiente de todo... piedras, mucha vegetación, tramos muy técnicos, y compañeros que resbalan, tropiezan y a los que siempre hay que estar pendiente de auxiliar. Estos dos kilómetros pasan volando y cuando finaliza el descenso, nos encontramos en el km 10, a falta de 5 para meta.

En este punto, un agradecido avituallamiento, por cierto muchos voluntarios/as por todo el recorrido, y muy simpáticos todos. A partir de ese momento afrontamos una subida dura pero corta, por un olivar, y al culminar la misma, una zona muy técnica por el desnivel del terreno, un arado que exige al máximo a los tobillos, se hace interminable. Al finalizar este tramo, prácticamente está todo hecho. Pero los tres últimos kilómetros a meta se hacen eternos, me desmotivo y pierdo dos o tres puestos... son ya las 12:30h pasadas, un calor importante, que sumado al llaneo sin sombras, se hace interminable... empiezo a sentir molestias en los peroneos, e intento cambiar la forma de correr, me anima algo tener el pueblo cerquita, me alegra y entretiene ver de lejos a Ardi y López, a los que saludo a voces y doy ánimos.

Cumplimos agradeciendo su bienvenida al público asistente y finalizo muy satisfecho por la carrera, aunque se hizo algo pesado el final. Espero al resto de compañeros, que como siempre llegan con una sonrisa de oreja a oreja, intercambiamos anécdotas y saludos con el resto de corremontes, duchita, aunque de agua fría, pero vino bien para quedarnos un ratito más por el pueblo, tomarnos las cervecitas de rigor y asistir a la entrega de premios.

Finalmente, buen puesto en la clasificación y premio, más que merecido, para el club, ORELLANA RUNNERS, 3º por equipos.

Aquí os dejo el perfil y el enlace a strava:

Tiempo: 1h 17' 06" / ritmo 5:04/km (Posición general: 15º / Veterano "A": 4º).
--> Clasificación final, aunque, como siempre digo, es lo de menos en esta experiencia.

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Arroyomolinos de Montánchez 26-mar-2017: CARRERA POR MONTAÑA, "SIERRA DE MONTÁNCHEZ"
Inigualable experiencia en la carrera de "Liga", que contaba con 15kilómetros y un desnivel positivo de 550m, por la Sierra de Montánchez. Sorprendido muy gratamente con el recorrido de esta nueva aventura, en la que, en esta ocasión bien acompañado de muchos amigos, nos llevó a disfrutar de un fabuloso día de montaña.
Todo apuntaba que sería una carrera épica, por la predicción del tiempo, pero finalmente la lluvia respetó y sólo un poquito de niebla, no nos dejó descubrir del todo, la coqueta Sierra de Montánchez. Desayuno en equipo y salimos dirección Arroyomolinos, como siempre con el tiempo justo, y un calentamiento que consiste en saludar a conocidos y amigos de este mundillo... nos perdimos por poquito la partida de la prueba principal, Trail de 30km y nada menos que +1550m, honestamente mucho tela que cortar para un servidor, por eso no dudé un instante en inclinarme por esta distancia más asequible, que a su vez serviría de estreno para dos compañeros del club, a los que, como no podría ser de otra manera, hemos conseguido enganchar.
Buen ambiente y salida puntual, como siempre me pilla muy retrasado, salgo en plan relax de los últimos...

  Pero cuando apenas llevo 200 metros, pienso en el gran fallo que suelo cometer siempre en este tipo de carreras, en las que como no cojas buenas posiciones en los primeros kilómetros, antes de encarar la primera subida dura y técnica, te toca subir en fila india, en plan senderista... y para una cosilla que se me da medio bien, porque bajando soy nefasto, por lo menos poder aprovecharlo.

Así pues, adelanto, por la derecha, por la izquierda, por el medio, escalando, pisando charcos hasta la rodilla, hasta encontrarme cómodo subiendo desde el kilómetro 3 hasta el 5,5 aproximadamente, donde se pasaba el primer avituallamiento, al que no hice mucho caso, eso si, el tiempo que ahorré en no parar y beber, lo perdí en coger un camino que no fue el correcto, y volver para atrás, iba tan entretenido en lo bonito del paisaje y en pisar donde debía que no debí fijarme bien en las balizas. Se trataba de un recorrido exigente, de los que te hace estar atento y en tensión durante el mismo.

A todo esto, ni idea de que posición ocupaba, eso si, esperaba que en cualquier momento me alcanzara algún conocido para compartir metros con el, y así hacer comentarios sobre el bello monte. Pero por  detrás no venía nadie, así que me vi con fuerzas y apreté algo en el falso llano, hasta que llegando a Montánchez, alcancé a dos corredores, para afrontar un paso fulgurante pero muy entretenido por la localidad vecina, en la que coronaba su precioso Castillo... dejamos el pueblo, kilómetro 8 aproximadamente, para encarar un tramo muy técnico en el que entre el cieno, los riachuelos, las zarzas, las piedras sueltas, el sube/baja y algún que otro desconcierto a la hora de seguir las señalización, nos tuvo entretenidos hasta la, temida por mi, bajada final.


Foto: Javier Crespo

Conformábamos un grupo de cuatro corredores, uno de ellos un compañero de la "secciónZafra" de U Lagartu, Emilio, con el que compartí más de la mitad del recorrido y a la postre fue mi salvación para cumplir con la técnica bajada. Llegando el kilómetro 11, se rompieron hostilidades y los otros dos corredores se lanzaron tumba abierta en la bajada, mientras yo me quedé tras el paisano del "Tekila", aprovechando su buen hacer en la bajada, fijándome donde pisaba e intentando no descolgarme mucho, sin romperme la crisma en el intento. La verdad, bajé seguro, un par de resbalones eran poca cosa, para lo exigente que era el terreno, así pasaron los kilómetros volando y práctimantemente, faltando un kilómetro para meta, ya confiado con entrar al pueblo sin ningún rasguño, ¡¡catapummmm!!, tiro por el verde intentando evitar un charco y entro en una laguna, con un buen chocazo de esos ridículos, que te dejan tocado en el orgullo y algú que otro rasguño de poca importancia... menos mal que no había ningún voluntario por allí, pero tuvo que ser de risa el piñazo.
Mientras, mi compañero de carrera, que ya pactó conmigo al inicio de la bajada, entrar juntos en meta, me espera y hacemos los últios metros juntos, al fin y al cabo, es una experiencia compartida, una bonita aventura y un amiguetem más que entiende esta afición como tú... "no tienes que ser mejor que los demás, tienes que ser mejor de lo que piensas que puedes ser".

Tras la llegada a meta, lo mejor, el ver la alegría, las expresiones, las sonrisas, compartir las anécdotas, las bromas, la pasión que nos transmite esta modalidad, la próxima en el calendario... alguna que otra cerveza en "ca Fragoso", y un avituallamiento final de 10 para poner la guinda a una formidable e inolvidable mañana.


Finalmente, buen puesto en la clasificación y premio, más que merecido, para mi compañero de batallas en esta ocasión, enhorabuena por ese tercer puesto en la categoría Emilio.
Además, otros premios al Club con más participantes que entraron en meta, gracias al club de que nos tiene apadrinados en Montaña "U Lagartu Running".
 


Aquí os dejo el perfil y el enlace a strava:

Tiempo: 1h 21' 51" / ritmo 5:21/km (Posición general: 12º / Senior "B": 6º) de 140 que llegamos a meta.
Aquí os dejo la Clasificación final, aunque, como siempre digo, es lo de menos en esta experiencia.



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Guadalupe 26-feb-2017: "MEDIA MARATON por MONTAÑA PUEBLA y VILLA de GUADALUPE"
Voy a retomar la buena costumbre, de inmortalizar de alguna manera, las vivencias, las sensaciones, los sentimientos que provocan en mi, carreras que considero importantes y que te señalan de alguna manera y dejan marcado.
Desde principios de año, tenía en mente esta carrera... siempre me ha llamado mucho la atención este magnífico entorno que ofrece Las Villuercas, pero tener la posibilidad de correr por él, es un auténtico lujo y privilegio.

En cuanto a preparación específica, pues iba con lo puesto, desde la operación he aprendido a ser más conservador y entrenar no más de tres días a la semana, y no me machaco mucho con series ó entrenamientos de calidad, por lo que esperaba sufrir un poquito pero poder terminar la carrera más dura que he corrido hasta ahora. Bien es cierto, que el recorrido es compensado y para muchos de los participantes puede ser bastante "corrible", pero en mi caso, con muy poco entrenamiento específico y sin haber superado nunca los + 1.000m anteriormente, pues resultaba algo, cuanto menos exigente.
Nos levantamos tempranito, a las 7:00h, sorprendentemente había dormido poco pero bien, aunque el sábado de Carnaval nos cuidamos lo justito y fue largo... Llegamos a Guadalupe con bastante antelación, poco habitual en mi, y aparcamos sin problemas muy cerca de la zona donde recogemos el dorsal. Hablo en plural, pues me acompaña una vez más mi "suporter" número uno, Noelia, mi chica. Se animó a acompañarme, y además, con un buen plan post-carrera, pues aprovechamos que coincidían nuestros días libres y fuimos a conocer Toledo. Pero, ese plan tenía qu esperar... tocaba afrontar el carrerón, los 26km y 1.300m de desnivel positivo, mejor no pensarlo.


Ya en línea de salida, pasamos el corralito y buen ambiente de corredores, caras conocidas y mucho nivel en los participantes. Unico objetivo, finalizar e intentar cumplir con no superar las tres horas, más que nada por no hacer esperar mucho a mi chica en meta. A partir de ahí, no sufrir demasiado, intentar guardar para la parte más dura, la historia de siempre... que nunca cumplo.
Primer kilómetro muy tranquilo, salgo muy atrás y voy adelantando a muchos, más aún cuando abandonamos el poco asfalto que hubo y se pone cuesta arriba el terreno, tocaba afrontar la primera subida, tres kilómetros sin apenas descanso, desde el kilómetro 2 al 5, rampas no muy duras pero si continuas, como suelo hacer, me marco un ritmo cómodo y no ando, supero a muchos corredores, pero me asusto al ver muy cerca a David Gil, una de de dos, o voy demasiado rápido, o el va haciendo de corredor "observador" y va de paseo. Esto me hace levantar un poco el pie, cuando justo llegamos al final de la primera subida.
Los siguientes cuatro kilómetros, eran llanos, con una leve bajada y algún pequeño repecho, con unas vistas espectaculares de las que disfrutaba mientras corría... me sobrepasan algunos corredores, y más cuando paro en el km 8 a llenar la botella de agua tranquilamente, bebo algo de agua y a seguir.
 Los kilómetros del 10 al 13, son los más bonitos de la carrera, me dejo caer en una bajada preciosa, una zona umbría en la que hace hasta frío, bosque de abundante vegetación que discurre cerca de un río, hasta entonces iba limpito, pero aproveché para pisar bien el agua, y me puse fino de barro jeje.
Físicamente, me encontraba bien, aunque notaba que iba un pelín al límite cuando pasé el kilómetro 13, donde tras un avituallamiento con unos voluntarios muy majos, con los que, como siempre, vamos bromeando, comienza a empinarse de nuevo el terreno.

Esta subida desde el kilómetro 14 hasta el 16, me cuesta bastante más no echar a andar, a pesar de ello, como siempre, marco un ritmo cómodo y vuelvo a superar a los corredores que me pasaban en las bajadas... pasamos por una zona en la que me sorprende ver a gente animando, además de los fantásticos voluntarios, siempre con palabras de aliento y ánimo, algunos con sus perros pasando la mañana, una vez más, te sientes un privilegiado y les agradeces que hagan posible esta aventura.
Había mirado muchas veces el perfil, sabía que a partir del 16,5km llegaba lo más duro, pero no se por qué, tenía la esperanza que no fuera para tanto... ooohh no, cuando vi aquello, ese cortafuegos con esa niebla, bromeaba con los voluntarios el acabar allí y abandonar, pero eso no entra dentro de mis planes nunca, siempre he acabado y para eso, soy muy cabezón. Tocaba apretar los dientes, animarte a ti mismo, comentar cada metro con los compañeros que nos juntamos y a los que servía de guía y que los metros pasasen lo antes posible.... aquello fue eterno, cundo por fin coronamos, las fuerzas eran muy justas.

A partir de ahí, primero recuperar el aliento, y después, pensar en lo favorable de los 7 kilómetros que restaban a meta. A pesar de ello, iba muy fundido y los que venían detrás muy frescos, me pasan 10-12 corredores que van como motos, en los siguientes 3 kilómetros, hasta llegar a un nuevo avituallamiento, donde paro y recupero fuerzas, y a partir del 22, consigo mantener un ritmo honroso de 4'30", bajando, donde tengo que mejorar muchísimo... gracias a un participante de GPM Trail, que marca el ritmo y me sirve de guía, sus pisadas de la bajada, me quedó detrás muy cómodo y pienso ya en no acabar muy agotado, para llegar con fuerzas y poder coger el coche para disfrutar y visitar Toledo...
Este tramo de descenso, muy bonito también, ya divisando el pueblo de lejos, con muchas ganas de llegar y ver la cara de mi chica, es cuando miro la hora y veo que llevo apenas dos horas y media, sonrío y me alegro, y más cuando veo que por detrás llega Jesús, un amiguete de Eljas, que pensaba iba por delante y con el que hago los últimos metros hasta meta.
Bonita y especial carrera, segunda de la temporada en el calendario Fexme de Carreras por Montaña de Extremadura, primera para mí, y primera prueba de la Copa, circuito al que pertenece, nuestra CxM Sierra de Orellana.
Aquí os dejo el perfil y el enlace a strava:

La ducha estuvo estupenda, supo a gloria... antes de salir, veo la clasificación, y compruebo que gente con la que compartí metros, acabó 20 puestos por delante, por lo que si hubiera estado en forma y aprendiendo a dosificar, tengo margen de mejora y me alegra.
Llenamos el depósito camino a Toledo, pues había demasiada gente en Guadalupe, entre turistas, carnaval y carrera.

2h 35' 51" / ritmo 5:59/km (Posición general: 55 / Senior "B": 16º) de 200 participantes.
Aquí os dejo la Clasificación final, aunque es lo de menos en esta experiencia.

1 comentario:

  1. Buena crónica Max, parece que no fui el único que me perdí en Montánchez.
    Saludos.

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